En la Araucanía la baja se debería a la mínima inversión en infraestructura y la casi nula inversión en construcción industrial, como también a la nueva normativa y al entorno económico actual.
La inversión en construcción registraría un aumento de 1% anual en 2015, cifra que se ubica muy por debajo del promedio de crecimiento histórico del sector –de 5,1% anual–, según estimó la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) durante la presentación de su informe Macroeconomía y Construcción (MACh) Nº 42.
Este resultado se explica fundamentalmente por la menor inversión esperada para este año en infraestructura productiva privada, que representa aproximadamente el 42% del total de la inversión en construcción.
Javier Hurtado, gerente de Estudios de la CChC, señaló que “el estancamiento de la inversión sectorial es coherente con el término del ciclo de inversión minera y la incertidumbre que existe sobre el comportamiento de la economía nacional e internacional y que se refleja en el deterioro de las expectativas de empresarios y consumidores”.
Cabe agregar que si bien la cartera de proyectos de infraestructura privada moderó su ajuste a la baja para este 2015 respecto de lo previsto el año pasado, aún presenta un alto riesgo de materialización, dado el estado en que se encuentran estas iniciativas de inversión en las bases del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
Asimismo, tampoco es descartable –dada la experiencia de años anteriores– una ejecución parcial de la inversión pública, clave para que se cumplan las proyecciones de crecimiento del sector.
En este contexto, Hurtado agregó que “en un escenario negativo, la inversión en construcción podría terminar el año con una caída en torno a 1% anual. Pero si mejoran las expectativas y el gasto público se ejecuta plenamente, podría llegar a ubicarse algo por sobre 2,5% anual”.
En la Araucanía, el bajo crecimiento se debería a la mínima inversión en infraestructura, ya que las obras de mayor envergadura como lo son hospitales, Cesfam y colegios, entre otras obras, no están siendo ejecutadas debido a que los presupuestos oficiales no alcanzan a cubrir la oferta de las empresas que postulan a las licitaciones públicas, lo anterior en parte porque no existe una actualización de los diseños y no se consideran factores como mano de obra, variación de precios de los materiales, entre otros factores. Además, influye la casi nula inversión en construcción industrial, como también la nueva normativa y el entorno económico actual.
Según Lorenzo Dubois, vicepresidente de gestión de la CChC Temuco, “el porcentaje de inversión en construcción en la región está prácticamente sustentado por el sector inmobiliario, ya que son los empresarios de este rubro los que aún están invirtiendo en proyectos. En la región prácticamente no hay construcción industrial y el sector público está comenzando recién a construir”, concluyó.
Subsector Vivienda
En cuanto a la aplicación de la política habitacional, destaca la baja tasa de ejecución de los subsidios DS 49 (para grupos vulnerables) y DS 01 (para sectores emergentes y medios), pese al considerable número de subsidios otorgados entre 2011 y 2015.
Esta situación se explica en parte por la entrada en vigencia del DS 116 (programa extraordinario de reactivación), el cual incrementa el monto de los subsidios otorgados a cambio de fomentar la integración ente familias vulnerables y emergentes.
No obstante, si bien el DS 116 tuvo el mérito de comprometer la ejecución de 50.438 viviendas, es importante destacar la baja participación de algunas regiones, principalmente de la zona norte, por la falta de disponibilidad de suelo para tales fines.
En materia de viviendas privadas, destaca que la oferta de estos inmuebles aumentó 13,3% durante el primer trimestre de 2015 en comparación con igual período del año pasado, ello especialmente por la creciente demanda de departamentos, dadas las expectativas de alzas en el precio de las viviendas por la entrada en vigencia de la reforma tributaria.
En el consolidado, “se anticipa una expansión de la inversión en vivienda de alrededor de 1,7% anual para 2015, que está compuesta por una caída de 6% de la inversión en vivienda pública y un crecimiento de 4,1% en vivienda privada”, sostuvo Javier Hurtado.
Subsector Infraestructura
“Es poco probable que la infraestructura productiva privada presente signos de recuperación, al menos en el corto plazo”, indicó el gerente de Estudios de la CChC.
Esta afirmación se sustenta en que indicadores que habitualmente ayudan a predecir el comportamiento de la actividad en este ámbito –como las importaciones de bienes de capital, la ingeniería de consulta y el trabajado de contratistas generales– exhibieron tasas de variación anual negativas durante los cuatro primeros meses de este año.
Esta dinámica, sin embargo, está siendo compensada en parte por la mayor inversión en infraestructura pública. De hecho, el flujo de inversión ejecutado por el Ministerio de Obras Públicas se situó en abril 14% sobre lo programado.
Por su parte, el flujo de inversión asociado a concesiones para 2015 se estima ascenderá a US$ 731 millones, producto del desarrollo de los proyectos que se encuentran en etapa de construcción. Esto supone un alza de 16% respecto de 2014, cifra que podría llegar a 19% si se adjudican las concesiones calendarizadas para el presente año.
“Con todo, la inversión total en infraestructura debiera crecer en torno a 0,8% anual en 2015, desagregándose en una contracción de 5,8% anual para la inversión en infraestructura productiva privada y un aumento de 15% en infraestructura pública”, señaló Hurtado.
Empleo sectorial
En el ámbito laboral, la ocupación sectorial anotó en el trimestre móvil febrero-abril su primer crecimiento anual, luego que exhibiera trece trimestres móviles consecutivos con cifras negativas.
Cabe destacar que en dicho período se destruyó empleo asalariado, especialmente de personas con baja calificación. Por el contrario, los trabajadores por cuenta propia hicieron menos significativa la caída del empleo total de la construcción durante el primer trimestre de 2015.
Asimismo, la salida de personas de la fuerza de trabajo en el sector, desalentadas por no encontrar empleo, ha contenido mayores alzas de la tasa de cesantía, lo que nos lleva a corregirla a la baja, ubicándola en 10,5% para 2015, un punto porcentual más que en 2014 (9,5%) y la más alta en los últimos cinco años.
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