· Con apoyo del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI) de INDAP han logrado mejorar y diversificar su producción agrícola.
Dedicados por 22 años al desarrollo de la agricultura tradicional, don Jorge Sandoval Antilao y su hija Sandra, decidieron apostar por el cultivo de la rosa mosqueta del huerto, una nueva variedad que destaca por su gran tamaño y potencial productivo, al tradicional fruto silvestre que recolectan pequeños campesinos en La Araucanía.
En su predio ubicado en la comunidad indígena Venancio LLaupe, en la comuna de Vilcún, don José se encarga de cultivar la rosa mosqueta, y su hija en poner en práctica los secretos y técnicas que heredó de su madre, en la elaboración de exquisitas mermeladas. Junto con dar valor agregado a este fruto, que se está posicionando en el mercado y que es reconocido en el mundo por sus propiedades cicatrizantes y regeneradoras, obtienen mayores ingresos.
Esta familia ha logrado mejorar y diversificar su producción con apoyo del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI) de INDAP. “El PDTI significa mucho para nosotros porque antes nunca tuvimos apoyo de nadie. Ahora estamos recibiendo ayuda en proyectos y en asesoría. Los técnicos son muy buenos y nos ayudan a mejorar nuestros cultivos, a cómo combatir enfermedades…ellos siempre están ahí para apoyarnos”, señaló Jorge Sandoval.
Para el director de INDAP Araucanía, Christian Núñez, este emprendimiento da cuenta de la capacidad de innovación que tienen las familias mapuche, en buscar nuevas alternativas de producción que les permitan mejorar sus ingresos. “Ellos están trabajando una rosa mosqueta que tiene un potencial productivo mayor. Esto refleja que aquí hay un esfuerzo y una asesoría técnica especializada para mejorar los recursos naturales disponibles, y que le permite a esta familia tener dos líneas de comercialización: Como fruto y la otra con valor agregado con la elaboración de mermeladas que entregan en el mercado local “.
La rosa mosqueta es altamente requerida en todo el mundo por sus propiedades cicatrizantes, regeneradoras y rica en vitaminas. Desde hace 30 años, Chile es el principal productor, con un 85 por ciento de la oferta mundial. Y de acuerdo a cifras de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), este fruto es la principal planta medicinal exportada, con un volumen de 5 mil toneladas por año, principalmente como cascarilla deshidratada. Alemania, Suecia y Estados Unidos son los principales mercados.
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