Las nuevas tecnologías están ayudando en todos los sectores, pero cumplen un papel más importante cuando se trata de avances en medicina. Las posibilidades que han abierto a lo largo de los años han hecho que la esperanza de vida se prolongue y que enfermedades que en su momento fueron una condena a muerte, hoy en día incluso se hayan erradicado.
Es importante ver el avance que han supuesto en las técnicas de reproducción asistida. Mientras que hace años una pareja que no podía tener hijos no sabía ni el porqué, ahora no sólo pueden entenderlo sino que a través de técnicas de inseminación artificial o fecundación in vitro, muchas veces consiguen su sueño de formar una familia. En América Latina se ha notado una tendencia al aumento en la edad de las pacientes que recurren a estos procesos. De todos modos, es necesario concienciar a la población de que el mejor momento para tener hijos es entre los 20 y los 30 años, ya que a partir de los 30 la cantidad y calidad de los óvulos empieza a bajar, y desde los 35 se vuelve más complicado conseguir un embarazo, indiferentemente de que la mujer tenga una salud perfecta. Si se quiere tener un bebé después de esa edad, lo más conveniente sería vitrificar los óvulos cuando se es más joven para utilizarlos en el futuro.
Últimamente, se ha podido observar una mejora de los resultados de reproducción asistida en Chile. Ha aumentado la cantidad de tratamientos realizados por ICSI, la inyección intracitoplasmática de espermatozoides, que consiste en la fecundación de los óvulos mediante la introducción de un espermatozoide en su citoplasma. También, gracias a la morfocinética se puede elegir el mejor embrión para ser implantado, y con la disminución de embriones transferidos, se ha conseguido reducir el número de embarazos múltiples. Lamentablemente, los procesos de reproducción asistida aún no cuentan con la visibilidad que se desearía, y tienen poca cobertura de los seguros de salud, con lo que tienen que pagarlos las propias parejas.
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