Señor Ministro de Defensa

Señor Director:

Es fácil jactarse del triunfo de una Ley que por años estaba en discusión. Es fácil auto proclamarse como el gran líder del cambio, sobre todo cuando la sociedad nunca supo cuál fue la opinión de los Comandantes en Jefes Institucionales. Muchos salieron a hablar por lo que ellos no pudieron comentar. Opiniones de ex oficiales institucionales, algunas de ellas, notoriamente cargadas de conveniencias o ambiciones personales y eso, es lo que más molesta. Es fácil adueñarse de los Medios de Comunicación, cuando –salvo honrosas excepciones– hay una abismante sequía de opiniones sobre temas castrenses, de los que realmente conocen y han vivido una experiencia en la Fuerzas Armadas (FAs).

Usted y aquellos hicieron muy bien el trabajo, tan bien como el tema del Decreto que dispone o autoriza el empleo de las Fuerzas Armadas en el combate del narcotráfico. Tenemos una de las mejores fuerzas de orden del mundo, tanto de Carabineros como de la Policía de Investigaciones. Bastaba tan solo con empoderarlas y equiparlas adecuadamente.Pero se usó como justificación que los medios los tenía el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada y que además, estos medios eran de muy alto costo.

No fue la misma reflexión que se utilizó para traspasar, en tan solo unos pocos días, los Carros MOWAG del Ejército a la unidad de carabineros que operó en la IX Región de la Araucanía. Esa, que desde el mismo día de su inauguración adelanté su triste y fatal final. No por culpa de carabineros sino por culpa de una antojadiza y parafernálica decisión del Gobierno. Me temo, que nuevamente, en el mediano y largo plazo, ocurrirá algo parecido.

Cuando un Presidente de Chile cree que tener Fuerzas Armadas Polivalentes, significa que un Comando, Jefe de Salto, paracaidista y buzo táctico, que está entrenado para actuar en las espaldas del dispositivo adversario también lo puede utilizar para apagar incendios, sacar el barro o detener narcotraficantes, quiere decir que algo está fallando. Peor aún, cuando su Ministro de Defensa lo justifica, señalando: ¿Quién se puede negar a que colaboren las FAs en un país donde entra una cantidad enorme de droga…? ¡Usted Señor ministro!, justamente es usted el que se tiene que negar. Usted es el que las debe cuidar y no permitir su desnaturalización. Son hombres y mujeres que ingresaron al Ejército para ser soldados. Es lo mismo que ocurrió durante el Gobierno Militar cuando muchos Oficiales, Suboficiales y civiles, fueron obligados a integrarse a los Organismos de Inteligencia del Estado. Muchos eran jóvenes, creyeron ver una oportunidad de ser un agente secreto o algo así. Otros, sabiendo la responsabilidad que asumían, de mala gana cumplieron la orden. Sepa también que otros, desde el primer día hicieron todo lo posible por no ser parte de esas unidades. Usted y el Gobierno están cometiendo el mismo error. Abusan de la obediencia de los integrantes de las FAs obligándolos a asumir roles para los cuales no postularon y no están preparados. Una situación de la cual el Gobierno posteriormente no se hará responsables de los problemas que lógicamente ocurrirán. Eso ya lo sabemos.

Peor aún, cuando usted como Ministro de Defensa, sacando pecho frente a los Medios de Comunicación, señala que “todos ganaron”, incluso la oposición. Obvio Señor ministro, hace mucho tiempo que es la oposición la única que está ganando y ustedes como gobierno están perdiendo y siguen a la baja, con tan solo un 29% de aprobación (Encuesta CADEM del 21 de julio). Chambonada tras chambonada, apagando incendios y levantando otros temas para desviar la atención pública. Una añeja y poco novedosa estrategia comunicacional que abusivamente fue utilizada en el Gobierno de la presidenta Bachelet.

Pero usted va más lejos aún, al presentar esa nueva Ley de Financiamiento de las Fuerzas Armadas, “como un ejemplo de acuerdo en Defensa para sacar adelante las reformas tributarias y de pensiones”. Prefiero pensar que la periodista se equivocó en transcribir su declaración. De lo contrario, bajo esa lógica, el resto de los ministros son unos ineptos. Se imagina usted al ministro del Interior imponiendo su idea de cómo debe ser Gendarmería. Imposible, ellos tienen sindicato y, como ya lo dicho otras veces, asustan más (al Gobierno) que un tanque Leopard, una lancha misilera o un avión F16. Ni hablar del conflicto con los profesores. Por lo mismo señor ministro, los mejores no están en su Ministerio, ese es el más fácil de liderar. Ahí existe la disciplina, la verticalidad del mando y la obediencia al poder político. Supongo que eso lo sabe, pero no está de más recordárselo a la Opinión Pública.

Señor políticos y congresistas, los Patriotas pueden ser engañados una, dos o tres veces, pero no toda la vida.Precisamente, para no olvidarnos, estamos tomando nota de cómo han destruido y desmantelado la institucionalidad del Estado de Chile. De cómo se han adecuado a las exigencias de la izquierda y de cómo, a través de una indescriptible deslealtad (para no decir traición), han negado sus orígenes y el exitoso Gobierno de las Fuerzas Armadas, encabezado por su presidente el General Augusto Pinochet Ugarte. Les recuerdo que ese Gobierno, después de 15 años, en el Plebiscito del 5 de octubre de 1988, obtuvo un 44,01% de aprobación. Un Gobierno que entregó el poder democráticamente y elaboró una Constitución que aún está vigente.

Christian Slater Escanilla

Un Patriota, desencantado de la política.

Coronel de Ejército.

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