Durante los meses sin funcionamiento presencial, las comunidades educativas de JUNJI han ideado diferentes estrategias para mantener el vínculo con los niños y niñas.
El Diario de las Emociones; así se llama uno de los proyectos educativos seleccionados por el Departamento de Calidad Educativa de la JUNJI, para destacar ideas innovadoras realizadas en estos meses en que no se han realizado actividades presenciales.
La iniciativa fue presentada por la comunidad educativa del Jardín Infantil Peuman Ruka de Lautaro— en Mapudungun, “casa de los sueños”—, logrando mantener el vínculo entre sus integrantes durante la crisis sanitaria.
El proyecto, comenzó a implementarse en mayo en la sala cuna heterogénea de este establecimiento de administración directa de JUNJI Araucanía, y de a poco se fue extendiendo a otros niveles.
Al respecto, el director regional de la JUNJI, Juan Pablo Orlandini destacó que “a través del Diario de las Emociones, se rescata el trabajo colaborativo por parte de todo el equipo del jardín infantil, motivando a las familias a escribir sus vivencias y contarnos sus experiencias. Este diario permitió a las familias que expresaran sus más íntimas experiencias en tiempos de pandemia, y a la vez les permitió tener tiempo de calidad en familia y disfrutar de sus hijos e hijas”.
“Quiero destacar también que este diario, recopiló relatos muy valiosos de las familias y del equipo pedagógico, lo cual hizo que nos diéramos cuenta que todas y cada una de las emociones son necesarias y es muy importante enseñar a los niños y niñas, a expresarlas”, agregó el director.
Las familias van contando sus historias durante la pandemia, explica la directora del jardín infantil, Silvia Pineda. “Fue una iniciativa propuesta pensando en que se fijen en el tiempo de calidad que pasan con sus hijos e hijas ahora en casa. A mano o en el computador van escribiendo cómo se han sentido, qué momentos felices o tristes han vivido, luego nos lo envían por medio de foto o por correo electrónico y nosotras lo recopilamos”, describe.
Bienestar
Esta actividad pedagógica tiene su centro en el bienestar socioemocional de los párvulos durante la crisis. “De un momento a otro dejaron de ir al jardín y pasaron más tiempo en casa”, describe Silvia. Una preocupación que fue compartida por las familias y sobre todo por las mamás de los párvulos, ya que son las que, por lo general, pasan más este tiempo a cargo de ellos y también las que más se han animado en escribir.
“Una mamá nos contó que durante estos meses pudo ver a su hijo dar sus primeros pasos”, recuerda Silvia. “También narran acerca de los primeros dibujos que hacen, del tiempo en que comparten cuando almuerzan o ese momento en que se contemplan cuando despiertan. Muchas veces las mamás proyectan sus sentimientos hacia sus hijos en las historias que nos envían, en relación con el amor”, reflexiona la directora.
Más de la mitad de las familias de este jardín ubicado en Lautaro se han motivado a participar en el Diario de las Emociones, el que la directora va recopilando en digital y también impreso. Ha sido tan positivo el resultado, que el propio equipo conformado por diecinueve integrantes también participa contando sus historias lo que repercute de buena manera, en el clima laboral y genera mayor vinculación en una comunidad nueva, pues el jardín Peuman Ruka inició su funcionamiento con párvulos en septiembre del año pasado.
Además de esta experiencia pedagógica, se organizan para compartir semanalmente actividades pedagógicas con las ochenta y un familias que atienden, se comunican a diario para reforzar contenido educativo, resolver dudas y apoyar en la crianza durante el encierro. Así también, realizan las Comunidades de Aprendizaje (Caue) de manera mensual, entre otras acciones, esperando el retorno a las actividades presenciales cuando las condiciones sanitarias lo permitan.
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