El plan es completamente gratuito y acoge a personas de todo el país desde los 60 años, con los que se pretende recuperar su funcionalidad para que puedan desarrollar actividades de la vida diaria.
Según el Estudio Nacional de la Discapacidad 2015, desarrollado por el Ministerio de Desarrollo Social y el Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS), del total de adultos mayores en Chile un 38,3% se encuentra con discapacidad. De ese porcentaje, se estima que más de 200 mil tienen discapacidad visual. Ante esto, Fundación Luz abre sus puertas para ofrecer todas sus herramientas y apoyo a través del Programa de Rehabilitación para Adultos Mayores, que es completamente gratuito y acoge a personas desde los 60 años. Si bien este programa se imparte en Santiago, para aquellas personas procedentes de regiones, la fundación cuenta con una residencia cercana a las dependencias donde se lleva a cabo, que también en sin costo.
El plan busca mantener o recuperar la funcionalidad de las personas ciegas o baja visión, para que logren llevar a cabo las habilidades diarias, mantenerse activos, lograr una vida independiente, y de esa forma contribuir a una mejor calidad de vida y envejecimiento. Además, se trabaja con las mismas familias y su entorno directo para derribar mitos y hacerlos partícipe de la rehabilitación de la persona.
Según contó Alicia Albornoz, Directora Social de Fundación Luz, “el programa cuenta con un equipo multidisciplinario, quienes diseñan y planifican una intervención adecuada a cada persona. Es importante mencionar que todos los usuarios que llegan a este programa u otro de Fundación Luz pasan por una etapa de evaluación inicial, a fin de conocer su nivel de autonomía, saber sus intereses, metas y sueños que esperan lograr al término de su intervención. Por lo general, el usuario asiste a 12 sesiones, dos veces a la semana. No obstante, estas pueden ser más o menos, según su nivel de autonomía y metas”.
Para ello, el programa entrega siete talleres, los que pretenden resolver una problemática particular, por ejemplo, el desplazamiento autónomo con seguridad y eficacia, el uso de bastón guía, reconocimiento de dinero, higiene personal, braille, entre otros.
“Uno de los grandes motivos para poner al servicio este programa es el impacto de la discapacidad visual en la vida de las personas, sobre todo cuando son adultos mayores: se reduce casi en un 90% su participación e interacción social, aumentan los sentimientos de soledad, el riesgo de depresión, se les dificulta la vida diaria al no saber cómo hacer las cosas o cómo moverse sin miedo. Por lo tanto, se vuelve una condición inhabilitante que puede rápidamente conducir a una situación de dependencia funcional de la cual es muy difícil salir”, explicó Albornoz.
Cabe señalar que el Programa de Rehabilitación para Adultos Mayores no tiene una duración estándar, ya que va a depender del avance que tenga cada usuario. “Por lo general, tiene un periodo de tres meses, lo que no impide que, según la evaluación intermedia y final, pueda hacer un reforzamiento en las áreas que estén más débiles. El año 2019 se inscribieron más de 40 adultos mayores y para este 2020 esperamos atender a 100 personas más, aproximadamente, 30 por trimestre”, señaló la Directora Social de Fundación Luz.
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