El tribunal, tras evaluar las pruebas presentadas por la fiscal Ghislame Durán, condenó a Antillanca Rivas a quince años de presidio por el ataque con a su conviviente. La víctima, quien sufrió múltiples heridas graves, sobrevivió milagrosamente tras ser apuñalada en 21 ocasiones.
Adicionalmente, se le impuso una condena de tres años y un día por el cultivo ilegal de marihuana, descubierto por la policía en la misma propiedad durante las diligencias por femicidio frustrado.
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