Prof. Dr. Norman López, Escuela de Kinesiología, Universidad Santo Tomás, Temuco.
El pasado 21 de septiembre se celebró el Día Mundial del Alzheimer, jornada dedicada a generar conciencia sobre esta enfermedad neurodegenerativa, que es la principal causa de demencia a nivel mundial. Se estima que 1 de cada 3 adultos mayores mueren con Alzheimer u otra demencia; la cual mata a más personas que el cáncer de seno y próstata combinadas. El Alzheimer afecta la memoria, el comportamiento y la autonomía, debido a la acumulación anormal de una proteína en el cerebro, como el B-amiloide y la tau.
La evidencia científica ha demostrado que la hipertensión, la diabetes, obesidad de la mediana edad, el tabaquismo, la depresión, la inactividad física, la alimentación desbalanceada y la depresión incrementan el riesgo de padecer algún tipo de demencia, incluido el Alzheimer, hasta un 60%. Por eso, es importante mejorar los estilos de vida. Lamentablemente, a nivel global, más de 55 millones de personas padecen demencia, y entre el 60% y 70% de los casos son provocados por Alzheimer. En Chile, se estima que entre 200.000 y 250.000 personas viven con la enfermedad, con 20.000 nuevos casos cada año, lo que convierte esta afección en un desafío creciente para la salud pública.
El impacto económico del Alzheimer es enorme. A nivel global, los costos relacionados con la enfermedad ascienden a 1.3 billones de dólares anuales, debido a los gastos en tratamientos, cuidados y las pérdidas económicas para las familias. En Chile, la carga también es significativa, tanto para los sistemas de salud como para las familias, que enfrentan altos costos de cuidado y el desgaste emocional de los cuidadores.
El Plan Nacional de Demencia en Chile busca mejorar la detección temprana y el manejo de la enfermedad a través de la atención primaria. La detección precoz es fundamental, debido a que, en las primeras etapas del Alzheimer, los tratamientos pueden retrasar el avance de los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
En este Día Mundial del Alzheimer, es crucial seguir creando conciencia sobre la importancia del diagnóstico temprano y el apoyo a los pacientes y cuidadores. La educación y la promoción de estilos de vida saludables son herramientas clave para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad y enfrentar sus devastadores efectos.
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