En Berlín inició ayer el Presidente Boric su gira presidencial que lo llevará a visitar Alemania, Suecia, Suiza y Francia. Y lo hizo refiriéndose al avance de la derecha en las elecciones del Parlamento Europeo, afirmando que se trata de «fuerzas populistas que cuestionan o no valoran la democracia».
En la jornada de hoy hizo un llamado a los empresarios a invertir en Chile, argumentando que «somos confiables y atractivos». Al respecto, la Senadora Carmen Gloria Aravena indicó que «no basta con afirmar que Chile es un país confiable y atractivo, sino que hay que demostrarlo, o de lo contrario, es puro voluntarismo. Es evidente que con los actuales niveles de criminalidad que existen en Chile, no es posible atraer inversión. El más claro ejemplo de eso es lo que ocurre en La Araucanía, con sectores como el forestal, donde no hay proyectos en carpeta para los próximos años debido al terrorismo instalado hace casi tres décadas en la región».
La legisladora agregó que «los inversionistas son muy sensibles a las señales y la realidad de los países, y si uno mira la radiografía actual de Chile, no se condice con lo que plantea el Mandatario. Es como el alumno que asegura que le está yendo bien y se saca puros rojos».
«Si el Presidente Boric de verdad quiere atraer inversión a Chile, tiene que enfrentar con firmeza el crimen organizado, la inmigración irregular y la corrupción. Este tridente es clave para que desde otros países apuesten por nosotros; ese es el único camino realista», puntualizó la Senadora Aravena.
La congresista expuso también que «Chile ha perdido credibilidad en el exterior, por la inseguridad, la inestabilidad y el debilitamiento institucional, a lo que se suma la excesiva permisología y la falta de reglas claras, en muchas áreas».
A su vez, la Senadora Aravena expresó que «el Presidente, en lugar de cuestiorar el avance de la derecha en Europa, debiese analizar las causas que motivaron este resultado, y es precisamente porque la ciudadanía está cansada de las recetas fracadas de la izquierda en materia económica, de seguridad e inmigración. Es más fácil responsabilizar a otros, que autoevaluarse y asumir los errores propios», concluyó.
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