Su propósito es que, los apoyos que requieren los niños, niñas y sus familias para alcanzar bienestar integral lleguen a tiempo, fortaleciendo sus trayectorias educativas y evitando la deserción escolar.
“Hemos estado trabajando con cerca de 180 niños, niñas y adolescentes, 90 voluntarios que son personas mayores, profesionales, que han contribuido a nuestra región, a nuestro país, y que lo siguen haciendo día a día. Nos han demostrado que, no por jubilarse laboralmente, están jubilando de su vida, sino que, pueden y quieren entregar mucho más y, qué mejor que a las generaciones que vienen más atrás, a los más pequeños, que tienen ansias de aprender, de conocer, y esto es lo que hemos visto hoy día, cómo el desarrollo intergeneracional sigue contribuyendo al desarrollo de nuestra región”, dijo la seremi de Desarrollo Social y Familia, Mariela Huillipan.
Cohesión y experiencias
Durante una sesión semanal de aproximadamente una hora, a lo largo de ocho meses, las personas mayores realizaron apoyo socioeducativo para mejorar las notas, los hábitos de estudio y la confianza de los niños y niñas en sus propias capacidades. Paralelamente, las y los voluntarios recibieron capacitación y actualización en contenidos educativos, además de espacios para compartir buenas prácticas entre pares, lo que fortalece la calidad del acompañamiento que entregan.
El programa no sólo ha logrado impactar en las libretas de notas, también ha transformado miradas y vínculos. En los niños, niñas y en sus familias, queda una imagen positiva de la vejez, donde las personas mayores son reconocidas como referentes, portadoras de conocimiento, paciencia y dedicación. Ese cambio cultural es clave para avanzar hacia un envejecimiento activo, respetado y con derechos.
Para las personas mayores, en su mayoría docentes jubilados y jubiladas, el voluntariado significa reencontrarse con la vocación de toda una vida, sentirse útiles y parte activa de la sociedad. El acompañamiento que brindan no sólo refuerza contenidos escolares, sino que transmite experiencia, valores, disciplina y estrategias para enfrentar dificultades cotidianas, tanto a los niños y niñas como a sus familias.
Reactivación del programa
La ejecución del programa en La Araucanía es posible gracias al compromiso del Gobierno que ha priorizado la reactivación y ampliación del “Voluntariado País de Mayores” como una herramienta efectiva para apoyar el bienestar de niños, niñas y adolescentes y, al mismo tiempo fortalecer la integración social de las personas mayores.
Cabe señalar que, la Subsecretaría de la Niñez y el Servicio Nacional del Adulto Mayor han trabajado en conjunto con municipios, Oficinas Locales de la Niñez, establecimientos educacionales y las propias familias, para que el acompañamiento llegue donde más se necesita. Esta articulación intersectorial permite que el programa no sea una acción aislada, sino parte de una red de apoyos que reconoce a la educación como un derecho y a las personas mayores como un recurso social imprescindible.
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