Nutricionista de la Red Educacional Cognita
Inevitablemente, las gaseosas y la comida rápida son recurrentes a la hora de alimentar a los niños durante sus vacaciones, pues forman parte de los panoramas familiares para entretenerlos en este periodo. Expertos llaman a no descuidar el orden en la alimentación en esta etapa, pues puede provocar un desequilibrio en el organismo de los menores, ansiedad, sedentarismo, y desbalance del sueño y la vigilia, entre otras consecuencias.
Mientras en Estados Unidos el presidente Donald Trump desea aumentar la disponibilidad de comida rápida en las escuelas y disminuir la presencia de verduras y frutas, generando alarma en uno de los países con más obesidad de la OCDE, en Chile el estudio que realizó el Observatorio Elige Vivir Sano, denominado Radiografía de la Obesidad Infantil, dejó un sabor amargo en la comunidad científica y prendió las alarmas para aumentar los esfuerzos que nos lleven en sentido contrario al del país de Norteamérica.
Las desalentadoras cifras muestran cómo la obesidad y el sobrepeso en Chile crecieron un 66,3% en los menores de 6 años (de 2005 a 2018); que en los alumnos de primero básico esta condición se duplicó de un 12% a un 24% (entre 1997 y 2018) y que los adolescentes de primero medio con la misma patología crecieron de un 8,7% a un 14,7% (entre 2009 y 2018). Entre los factores asociados a esta situación aparecen un bajo consumo de frutas y verduras y una alta ingesta de jugos procesados, bebidas gaseosas, dulces y comida chatarra. No por nada, por primera vez en la historia, somos el primer país con más población adulta obesa y con sobrepeso de la OCDE.
Frente a este panorama la nutricionista de la Red Educacional Cognita, Francisca Jiménez, explica que el verano presenta un verdadero reto para las familias en el combate contra la obesidad y el sobrepeso: “La rutina diaria de un niño cambia mucho en vacaciones, el tiempo libre desafía su creatividad y autosuficiencia. Lamentablemente, los horarios, hábitos de alimentación y actividad física se ven afectados. Sin embargo, aunque no debemos olvidar que las vacaciones son una instancia para descansar del ritmo escolar, no debe transformarse en un momento para descuidarnos. Sin orden, el organismo de los niños se desequilibra, provocando mayor ingesta alimentaria, ansiedad, aburrimiento, desbalance del sueño y vigilia y sedentarismo, entre otros”.
Para las vacaciones, la profesional recomienda mantener una rutina con los niños y adolescentes, pues les da estructura y seguridad, en especial a los más pequeños. “Obviamente, no podemos pretender que se levanten a la misma hora que en la época escolar, pero sí es importante mantener hábitos saludables como: higiene personal, horas de sueño, tiempo en pantalla restringido y sobre todo tiempos de alimentación definidos, desayuno, almuerzo, once y cena. Es importante consumir alimentos cada 3 o 4 horas para mantener la saciedad y que cada momento de alimentación se realice frente a una mesa, para ser conscientes de lo consumido, evitando el ‘picoteo’ de alimentos constantemente” agrega.
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS
Para ayudar en la tarea de disminuir la obesidad de nuestros niños y adolescentes, y generar hábitos más saludables durante el verano, la nutricionista Francisca Jiménez entrega algunas recomendaciones que los padres pueden poner en práctica en estas vacaciones.
ü Fomentar el consumo de alimentos frescos y naturales, aprovechando la variedad que ofrece el verano.
ü Cocinar o armar un huerto, para involucrar a los niños en su proceso de alimentación
ü Ir de compras con los niños para que aprendan a elegir comida sana. Guiar la compra, permitiéndoles elegir productos con un sello o preparando recetas de snacks saludables, aguas saborizadas, helados de fruta natural, etc.
ü Aumentar la oferta de fruta picada, yogurt, huevo duro, quesos blancos, verduras, entre otras, y disminuir la compra de galletas con relleno y cobertura de chocolate, snacks salados, golosinas, bebidas y jugos envasados, ya que finalmente consumimos lo que hay en la casa.
ü Calendarizar las actividades de los más pequeños, si no generamos una rutina, obviamente van a preferir estar desde la mañana con el televisor, celular o tablet. Estructurar sus tiempos de ocio y entretención saludable (rompecabezas, lápices, pinturas, libros, hojas para recortar, plastilina, etc.).
ü Cuidar el tiempo en pantalla de los menores, especialmente de los adolescentes, y poner límites con relación a este tema, es fundamental para proteger su salud. Los niños que abusan de la tecnología se frustran con facilidad, ya que sienten que nada más los entretiene y están expuestos a otros peligros que no somos capaces de ver como: sedentarismo, obesidad, bullying, abuso sexual, entre otros.
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