Son 12 los imputados por un el crimen de un mecánico de Collipulli en la comunidad Choin Lafkenche –camino San Andrés– de la misma comuna, donde habita la familia de María Adela Ancalaf.
La violencia es parte del paisaje de esa comunidad. El 24 de mayo falleció en el mismo sector el carabinero Francisco Benavides, quien se encontraba despejando la zona obstruida por barricadas, momento en que fue emboscado recibiendo disparos que le provocaron la muerte. Si bien hubo detenidos, entre ellos la misma María Ancalaf junto a uno de sus hijos, no se encontraron las armas que los ligaran directamente a este asesinato.
Uno de los torturados, Alberto Abello Marín, El Jani (28), quien vivió para contarlo luego de fugarse el 12 de junio, tras varios días de secuestro, relató a la policía lo vivido en manos de los doce inculpados liderados por la hermana del ex CAM Víctor Ancalaf. El Cacharra (46), quien fue capturado el 8 de junio, falleció el mismo día de la fuga de El Jani tras ser golpeado con furia por sus captores tras no dar con el paradero del primero.
No está claro si alguna de estas dos víctimas tuvieron o no que ver con el robo de las armas y la marihuana de la familia Ancalaf, que fue lo que motivó su secuestro; armas que habrían escondido dentro de un predio y que, según declaraciones, podrían tener relación con el asesinato del carabinero Benavides. Algunas informaciones apuntan a que habría sido la propia hija de la “Maruja”, como llaman a María Ancalaf, la joven Stephany Julieta Pérez Ancalaf, y su pareja, “El Richi”, Ricardo Aránguiz Genel, los responsables de la desaparición de las armas y la droga.
Las 12 personas que hoy están detenidas por los macabros hechos que incluyeron tortura y violación y la posterior muerte e incineración del Cacharra son la misma María Adela Ancalaf Llaupe (55), sus hijos Guillermo Pérez Ancalaf, Jonathan Alexander Abarcía Ancalaf y Stephany Julieta Pérez Ancalaf, esta última habría ejecutado los actos más violentos y sórdidos instruidos algunos por su propia progenitora.
También participaron en los hechos Ricardo Aranguiz Genel, pareja de Stephany; Cristopher Jara Fuentealba, apodado El Goño; Diego Mansilla Villena Córdova; Jonathan Campos Hernández; Héctor Artigas Vásquez; Alexi Villa Castillo y Bryan Ercoli Catrileo. Todos, a excepción de María Ancalaf, son jóvenes de entre 20 y 30 años de edad.
En las redes sociales de los inculpados se observan fotografías con armas e imágenes de tomas reivindicativas en el Fundo Santa Adela Sur, en Victoria, y en el mismo camino San Andrés. Si bien el hermano de María Ancalaf, el ex CAM, desmarcó estos hechos de la causa mapuche, estos sí responden a un modus operandi que ha hecho de la zona roja de La Araucanía, en la provincia de Malleco, terreno de nadie: robos de automóviles, ganado y madera; tomas de terrenos; quema de plantaciones, viviendas, camiones, escuelas y siembras; plantación de marihuana y tráfico y violencia desbordada. “Del Estado de Derecho queda poco”, es la conclusión de muchos y la autoridad parece no tener herramientas para combatirlo.
“Hay una tremenda sensación de impunidad, desde hace tiempo, pero siempre en ascenso. Con o sin adherencia a “la causa” no hay control, y así como en Temucuicui la policía no puede ingresar, también otros sectores han aplicado las mismas técnicas y atacan a los agricultores, siembran marihuana y el miedo. La policía no tiene facultades de ningún tipo porque en 5 minutos llegan los abogados de derechos humanos e invalidan las pruebas por evidentes que sean. Así ya ni pensamos en denunciar o dar declaraciones. Nada”, señala una fuente que prefiere resguardar su identidad desde Malleco.
La declaración de un imputado
Los sucesos que fueron relatados paso a paso por uno de los inculpados, fueron recientemente dados a conocer por el medio Ex-Ante. Aquí el detalle:
La declaración de un trabajador agrícola de 20 años que se presentó ante la fiscalía para reconocer su participación en el doble secuestro ocurrido en La Araucanía —que terminó con una víctima escapando y la otra asesinada—, reveló cómo se vivió el crimen en la comunidad Choin Lafkenche, encabezada por el ex vocero de la CAM, Víctor Ancalaf. Allí se idearon y partieron los secuestros por los que hay 12 personas en prisión preventiva, incluída la hermana del werkén. También mostró su temor a ser allanados tras el homicidio del sargento Benavides del 24 de mayo.
El negocio familiar: “Al primero que conocí fue a C.J., que le dicen Goño. Lo conocí como hace 3 años (…). Yo tenía una camioneta y lo invité a trabajar en la leña, y después él me consiguió trabajo en el paking de Pidima. Ahí estuve como 2 meses y tiempo después me presentó a los Ancalaf”.
El sargento Benavides: “El día de los cortes de camino en San Andrés, cuando mataron al Carabinero en mayo de este año, yo estaba en mi casa (…). Ese mismo día S.P., hija de la señora M.A., con su pololo, fueron a esconder las armas que tenían en la casa y que son dos escopetas del 16, una de doble cañón y la otra de un cañón, un revolver calibre 38 que tiene huincha negra en la cacha y un rifle a bala del .22”.
Las armas perdidas: “Cuando los Ancalaf se dieron cuenta de que les habían robado la marihuana y las armas, avisaron a C.J. (…). Él me dijo que fuéramos donde la señora M.A. porque había que recuperar las armas y que llevara mi escopeta (…). Cuando íbamos llegando, venía llegando la señora (…). Dijeron que venían de donde Cacharra (mecánico de 46 años) y que él les había dicho que fue el Jani (mecánico de 28), el que les robó”.
El primer secuestro: “La idea era pegarle para que dijera dónde estaban las armas, y apenas se bajó el Jani, C.J. le pegó un cachazo con la pistola a fogueo que tenía (…). Trató de correr justo hacia el portón, entonces yo le pegué con la escopeta que tenía en las manos”. Era 2 de junio.
Plan B: “La señora M.A. nos preguntó cómo estaba el Jani y si había dicho dónde estaban las armas, pero C.J. le contó que el Jani le estaba echando la culpa al Cacharra. La señora M.A. no lo creía”.
El segundo secuestro: “(El 8 de junio) entramos al taller y Cacharra estaba arreglando una camioneta blanca. Había un caballero con su señora y yo fui a agarrar a Cacharra mientras C.J. los apuntaba (…). Andábamos todos con mantas”.
La batería: “Lo tiramos en un piso de tablas que habíamos armado en la rancha. Ahí S.P. sacó un alicate de pinzas que tenía y le sacó 4 dientes. Ahí mismo le pusieron corriente para que hablara”.
Escape y homicidio: “(El 12 de junio) como no querían hablar, les pegamos con las ramas de ‘murra’ con espinas. Los tiramos en el piso y entre todos les pegábamos (…). Nos pusimos a fumar la marihuana que teníamos y nos quedamos dormidos”.
El problema del cuerpo: “S.P. con C.J. le sacaron la ropa a Cacharra y la quemaron en la fogata. A Cacharra lo tiraron a la parte de atrás de la “Joya” (camioneta) envuelto en 2 frazadas. Como yo no quería tocar a Cacharra, me puse a desarmar la rancha”.
Una decisión difícil: “Pasamos a mi casa, estuvimos los 5 en la ruca de mi casa y mi mamá me dijo que estaban allanando el campo donde yo estaba viviendo y me dijo: ‘qué hiciste’, yo le dije que nada, pero ella me dijo de nuevo: ‘qué hiciste”.
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Horrendo,no siquiera se les puede decir bestias ( animales). Jamás , jamás un animal haría semejante atrocidad!!!
EL ESTADO DEBE RESTITUIR LAS TIERRAS INDÍGENAS AMPARADAS EN TÍTULOS DE MERCED, YA QUE SÓLO ASÍ, SE PODRÁ RESTABLECER LA PAZ SOCIAL.
EL DERECHO DE PROPIEDAD DEBE SER IMPRESCRIPTIBLE, SALVO ACTOS JURÍDICOS CRISTALINOS, TRANSPARENTES, LEGALES Y DE BUENA FE.
He aquí un discurso aprendido, adoctrinado, sectario, le es imposible ver la realidad... 2 teorías frente a su comentario: 1- Leyó solo el titulo y vio las imágenes o 2.- De verdad tiene un problema.
Que tiene que ver tu comentario. Aquí estamos hablando de personas dedicadas al narcotrafico, no veo el tema de reivindicación de tierras por ninguna parte. La causa mapuche la utilizan sólo para ampararse en la comisión de delitos.