Frente a las dudas y debates que se están dando en torno a la nueva Ley de etiquetado de los alimentos, es preocupante observar que la mayoría de dichas inquietudes obedecen a dinámicas propias del mercado, ventas y publicidad por parte de los productores, siendo la educación casi un apartado decorativo.
Esta normativa se ha estado anunciando con tiempo prudente por parte el Ministerio de Salud, por lo que cualquier empresa pudo haber previsto inconvenientes en su sistema de gestión. Que el Ministerio aclare que la fecha de implementación de la medida es irrevocable, es aplaudible.
Las altas cifras de la OMS y de los estudios de nuestro país sobre enfermedades cardiovasculares hacen que sea urgente contar con este tipo de medidas. Las preocupaciones en torno a la normativa debiesen estar en la importancia de su impacto en la salud de las personas, principalmente en materia de educación, pues hasta el momento solamente el Ministerio y el mundo académico hemos dado muestras de ello.
Se ha de esperar que las empresas contribuyan en dicha materia facilitando este avance, en lugar de complicarse y perder tiempo en temas de gestión. La proactividad es la clave junto con la responsabilidad social que nos compete a todos los actores de la sociedad.
Marcelo Lizana Ovalle
Coordinador Nacional, Escuela de Enfermería
Universidad Santo Tomás
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